La infancia de María Montessori
María Montessori nació el 31 de agosto de 1870 en la ciudad italiana de Chiaravalle. No tuvo hermanos, su padre era militar y su madre una mujer liberal, católica e intelectual cuya familia se desenvolvía en el mundo de la filosofía, la ciencia y la investigación.
Cuando María tenía 12 años, ella y su familia deciden mudarse a Roma, donde desarrolló sus estudios. Su padre quería que fuese maestra pero ella se empeñó en estudiar medicina, una profesión que, en aquella época, era ejercida casi exclusivamente por hombres.
María quería ser médico
Fue en 1892 cuando por fin fue admitida en la facultad de Medicina y 4 años más tarde, a los 26, obtuvo su título. De esta manera se convirtió en una de las primeras mujeres italianas en recibir el título de médico. No fue un camino fácil, sufrió mucha discriminación por el simple hecho de ser mujer y esto hizo que su interés por los derechos de las mujeres creciese llegando a representar a su país en congresos feministas en el extranjero.
Su paso por la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Roma
Tras obtener su título, fue asistente en la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Roma, donde entró en contacto con los niños allí internados, considerados deficientes. Se pensaba que sus comportamientos no eran adecuados porque jugaban y se comportaban de maneras “extrañas”.
María se dio cuenta que el verdadero problema era que esos niños no contaban con recursos adecuados para su desarrollo y de que el ambiente en el que estaban era muy precario y estaba bastante desordenado.
Esto fue lo primero que cambió; creó un ambiente agradable, limpio, ordenado, ella estaba convencida de que las condiciones del espacio y de los materiales eran cruciales para el desarrollo de las habilidades intelectuales y sociales de los niños.
Sus primeras investigaciones
De esta forma, de 1896 al 1898 Montessori comenzó a hacer investigaciones sobre el trabajo con deficientes apoyándose en el trabajo de dos médicos franceses, Itard y Seguin, mientras seguía trabajando intensamente con los niños. Ella definió a este periodo de su vida como el que le había otorgado “el primer y verdadero título de Pedagogía”.
En esta época elaboró gran cantidad de material didáctico y lo aplicó con estos niños, consiguiendo unos resultados sorprendentes: muchos de los niños aprendieron a leer y escribir y superaron en un examen a los niños que asistían a escuelas regulares. Su conclusión fue que era más conveniente utilizar métodos pedagógicos que tratamientos médicos, para el tratamiento de los niños deficientes.
Este hecho le llevó a pensar que si había conseguido tales resultados con niños discapacitados, hasta donde podrían llegar los niños “normales” siguiendo métodos similares.
Al hablar de la biografía de María Montessori, no podemos pasar por alto el nacimiento de su único hijo, Mario Montessori, que nació el 10 de marzo de 1898.
De 1899 a 1901 fue directora de la Escuela Estatal de Ortofonía donde trabaja con niños deficientes consiguiendo con ellos grandes logros. María Montessori estaba convencida de que quería dedicar el resto de su vida al ámbito de la educación, y afirmaba que la educación se vería beneficiada por un enfoque científico.
Con el fin de prepararse para su nuevo papel como educadora, regresó a la Universidad de Roma para estudiar filosofía, psicología, educación y antropología.
Casa de los Niños de San Lorenzo
A finales de 1906 tuvo la oportunidad de ampliar su experiencia educativa con niños cuyo desarrollo era normal, pero con circunstancias económicas y sociales adversas. Se puso al frente de un grupo de niños pobres (de entre tres y seis años) del barrio de San Lorenzo, en Roma, quienes no tenían recursos para acudir a la escuela.
Preparó un ambiente limpio, espacioso, ordenado, luminoso, mandó crear mobiliario adaptado al tamaño de los niños y trajo algunos materiales que ya había usado con los niños de la clínica con el único objeto de observar su reacción.
Gracias a su esfuerzo y dedicación con los pequeños, el 6 de enero de 1907 consiguió que se abriera la primera “Casa de los Niños” en Roma (“Casa de los Niños de San Lorenzo”).
Esta experiencia le sirvió para ir descubriendo, a través de la observación, herramientas básicas para la Educación Científica, principios pedagógicos que orientaron su tarea educativa. Entre estos principios destacan:
- Ofrecer a los niños una actividad con un propósito.
- La capacidad de libre elección.
- La importancia de la repetición del ejercicio.
- Sentido de la dignidad personal de los niños.
- Eliminación de premios y castigos.
- Aprovechar el gusto por el orden en los menores.
- El silencio como resultado de la concentración espontánea.
- El surgimiento de la autodisciplina.
- La importancia de respetar el ritmo y responder a las necesidades y los intereses de cada niño.
- La explosión en el aprendizaje de la escritura y la lectura.
El método científico de María Montessori se extendía poco a poco
Los resultados que Maria Montessori obtuvo en la Casa de los Niños de San Lorenzo tuvieron mucho éxito, tanto es así que en los meses siguientes abrió otra en el barrio de San Lorenzo, en Milán y también otra en Roma, esta última para niños de clase media.
Las ideas de María Montessori se extendían poco a poco por todo el mundo:
- En 1909 publicó su Antropología Pedagógica, texto que reescribiría en 1948 bajo el título de La Scoperta del bambino (traducido al español como El método de la pedagogía científica) y comenzó una gira por el mundo difundiendo sus ideas y dando conferencias.
- En 1911, la Reina Margarita, fascinada por la labor de la Dra. Montessori, daría orden de fundar la asociación “Opera Montessori”.
- Dos años más tarde, en 1913, se fundaría la primera Casa de los Niños en Barcelona.
- En 1914, cuando Maria tenía 44 años, fue invitada por Alexander Graham Bell y su hija a viajar a Estados Unidos. Esto propició la fundación de la American Montessori Association y la creación de la primera Casa de los Niños en EEUU.
- En 1929 fundó la Asociación Montessori Internacional (AMI) de Holanda.
María Montessori tuvo que abandonar Italia
En 1933 tuvo que abandonar la Italia fascista, porque su experiencia educativa chocaba frontalmente con el sistema totalitario y en 1934 se trasladaría a Barcelona. El estallido de la Guerra Civil Española le hizo huir en 1936.
Ella siguió apostando por la educación para la paz. A continuación fue invitada a Madras, en la India, donde la sorprendió el estallido de la Segunda Guerra Mundial (1939), motivo por el que permaneció en aquel país durante cuatro años y que la llevó a conocer a Tagore y a Gandhi. Durante este tiempo organizó varios cursos de entrenamiento en el Método Montessori que le dieron un fuerte impulso al movimiento en la India.
De vuelta a casa…
En 1947 el gobierno italiano la invitó a regresar a su país natal, donde fue recibida como una gran celebridad, cincuenta años después de haber empezado su obra. Su visita propició que el restablecimiento de la “Opera Montessori”, tras haber sido cancelada por el fascismo.
Su larga trayectoria dedicada a la formación de los más pequeños y a la educación para la paz hicieron que se le concediesen varias condecoraciones y que fuese nominada al Nobel de la Paz durante tres años consecutivos: 1949, 1950 y 1951.
El 6 de mayo de 1952, cuando contaba con 81 años, falleció en Noordwijk, Holanda.