EL PERIODO DE ADAPTACIÓN

En Kokoro, la llegada de un nuevo niño o niña a la escuela supone un momento delicado. Necesita de una atención especial para poder vincularse con el espacio, con el resto de niños y con las educadoras.

La mejor manera de hacerlo es acompañado de su papá, su mamá u otra figura de apego importante para él.

La familia permanece con el niño en su sala el tiempo que sea necesario hasta que esté preparado para quedarse solo.

¿Y cuánto tiempo es ese? Pues depende mucho de cada niño, de su edad, de su personalidad, de sus experiencias pasadas… Puede necesitar unas horas, unos días o varias semanas; será el niño el que vaya marcando el ritmo.

¿Por qué hacemos el periodo de adaptación de esta manera?

• El niño, al estar acompañado de su mamá, su papá, su abuela… una persona con la que ya tiene un vínculo, se siente seguro en el nuevo espacio.
• Esta seguridad le facilita la exploración y el contacto con el resto de niños y con la educadora, empezando poco a poco a desarrollar un vínculo sano con ella.
• El desarrollo emocional de los niños es primordial y un periodo de adaptación respetado favorece dicho desarrollo. No queremos que los niños se sientan abandonados, infelices, aterrorizados… queremos que poco a poco vayan conociendo a su educadora desde el amor, el respeto y la calma.